Dr Mortis

Dr.Mortis fue el primer montaje dirigido por Paula Aros Gho. Gracias a un Fondart de Creación en el año 2002, Paula puso en escena el mítico radioteatro de terror chileno “El Siniestro Dr. Mortis” -programa que acompañó a Chile diariamente por más de veinte años- con la intención de rescatar un género de expresión artística y mediática de gran importancia y recepción popular que ya está casi desaparecido. La propuesta fue realizar un espectáculo que se pudiera instalar en espacios públicos para ser presentado de forma gratuita, sin dejar de lado la intimidad sonora que el radioteatro tiene como característica propia. La obra se situaba en un estudio de grabación ambientado en la década del 50′ donde se podía ver el funcionamiento de una radio: micrófonos, efectos sonoros, tocadiscos, etc. Los personajes eran los propios actores que realizarían el capítulo del radioteatro de ese día: “El Testamento del Señor Torres”. Narrada por el Siniestro Dr. Mortis la historia es la de un millonario que muere en manos de su segunda joven esposa interesada sólo en su herencia, ella despide a la fiel y anciana empleada del Sr. Torres y el giro inesperado se produce cuando el señor Torres vuelve desde el “más allá” para reivindicar a la mucama. A través de esta simple historia,se conjugaron elementos sonoros propios del radioteatro, elementos del género de terror, y la composición espacial y rítmica propia del lenguaje estético. Sumado a esto, la condición de estar emitiendo un programa “en vivo y en directo” y los efectos especiales que se requerían para la comprensión del radioescucha, generaba una complicidad entre público y actores que enriquecía enormemente el espectáculo. Dr. Mortis logró una repercusión importante en cuanto a la reivindicación del radioteatro chileno, su creador Juan Marino, quien tenía 84 años cuando la obra se realizó, participó de la creación en la escritura de una nueva escena para el guión. La obra realizó más de 50 funciones en distintas espacios públicos y teatrales, e itineró por más de 8 comunas de la región metropolitana, encontrándose con un público de diversos los sectores, edades e intereses: niños y adolescentes que descubrían un mundo olvidado y pleno de vigencia para procesos educativos, adultos jóvenes, adultos y personas de tercera edad que, con mucho cariño y nostalgia recordaron los días en que la radio era parte importantísima de sus vidas.

Actores, diseñadores y directora realizan un trabajo cuidada factura estética y emocional, en búsqueda de un lenguaje propio, acción que hoy enriquece con creces el gesto teatral. Tal como la radio, medio de comunicación masivo, la historia se materializa en un montaje teatral bajo los mismos conceptos: un lenguaje abierto y enriquecedor para todo tipo de público.

Ana Harcha. Revista Santiago Cultura Septiembre 2003.

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